1. LOS FINES Y LOS MEDIOS<br />En la Grecia antigua condenaban al cuchillo. Cuando ocurría un crimen se arrojaba el cuchillo al río. Hoy sabemos que una cosa son los medios y otra cosa los fines a los cuales sirven esos medios. Bueno, es un medio no un fin, aunque se enredan mucho los medios y los fines, sobre todo en el mundo de hoy en el que los medios han ocupado el lugar de los fines. Hay una usurpación de los fines por los medios, se supone que los medios están al servicio de los fines pero se han convertido en la actualidad en instrumentos de nuestros instrumentos. <br />Entonces los automóviles nos manejan, los supermercados nos compran, los televisores nos miran y las computadoras nos programan, pero los medios no tienen la culpa, el problema es el uso que se hace de ellos y la inversión de valores que los coloca en el centro del universo.<br />En América Latina, el drama es que se impuso el modelo de la televisión comercial norteamericana. No hemos aprendido nada del modelo europeo de una televisión orientada a otros fines. En muchos países europeos, como Alemania, Dinamarca o los Países Bajos, la televisión todavía cumple, aunque ahora en menor medida que antes, una función cultural muy fecunda e importante sobre la base de una forma de propiedad publica. Acá se impuso en cambio, el modelo norteamericano de televisión comercial, para el que todo lo que vende es bueno y todo lo que no vende es malo. Dos esperanzas: Internet y las radios comunitarias ¿El derecho a la expresión —reconocido por todas las constituciones— se reduce al derecho de escuchar? ¿No es también el derecho de decir? Pero, ¿cuántos tienen el derecho de decir? Estas preguntas tienen que ver muy profundamente con las “lastimaduras” que está sufriendo la diversidad cultural. Los espacios de independencia en el mundo de las comunicaciones se han reducido muchísimo. Los medios dominantes de comunicación son los que imponen no sólo una información manipulada y tergiversada, sino también una cierta visión del mundo que tiende a convertirse en la única posible. Es como reducir una cara que tiene millones de ojos a los únicos dos ojos de la cara dominante, que ocupa el lugar de todas las caras. Lo que ha surgido como novedad promisoria es el auge de Internet. Es una de las paradojas que alimenta la esperanza. El Internet, que nace a partir de la necesidad de la articulación mundial de los planes militares, es decir, que nace al servicio de la guerra y de la muerte, es hoy el campo de expresión de muchísimas voces que antes no tenían la menor difusión. Hoy la tienen, y pueden articular redes de comunicación gracias a este instrumento. Sirve también para la promoción comercial y la manipulación, pero indudablemente ha abierto espacios de libertad muy importantes para la comunicación independiente, que en cambio tiene sus caminos bastante cerrados en otros campos, como por ejemplo la televisión o la prensa. En el campo de la radio también están ocurriendo cosas buenas. El desarrollo de las radios comunitarias en América Latina permite la expresión propia de la gente. Una cosa es hablar a la realidad y otra escucharla, escuchar qué voces suenan desde la realidad cuando ésta puede expresarse, cuando la gente practica el derecho a la expresión propia.<br />Manual de Comunicación Comunitaria – Ministerio de Desarrollo Social.<br />